martes, 5 de marzo de 2013

Mar


Y el mar  embraveció, hacia días que el cielo  anunciaba tormenta. A pesar de los esfuerzos de todos los navegantes del 'Alegría', nada pudieron hacer...

Nuestra Mia, iba en ese barco, no le gusta recordar esta historia, pero hoy, por una extraña razón comenzó a narrar...

"Ese día, hubo olas titánicas, el mar rugía estremeciéndonos a todos los que íbamos en aquel barco, yo estaba escondida entre los aperos de pesca, viajaba de polizón... nadie se percató de  mi existencia. Ni siquiera el mar sabía que yo estaba allí .. quizás por eso soy la única que puede contar esta historia.  
Fue la tormenta mas larga que yo he visto jamás, pero seria incapaz de decir cuanto duró. Era como si siempre hubiera estado ahí  sin principio... como los sueños, que cuando despiertas eres incapaz de decir como empezaron...
El mar parecía querer echarnos de su regazo, no había tregua, no se diferenciaban los días de las noches, las horas de los minutos. El caos, los gritos de los marineros, los gritos del propio barco se fundían con el penetrante olor de la sal que nos estaba devorando. Las olas nos envolvían,  jugaban con nuestro miedo, entraban hasta lo mas profundo de nuestros huesos, el barco se zarandeaba de lado a lado, el miedo se iba apoderando de todo el navío,  hasta las duras maderas de la quilla gritaban implorando clemencia. El mar nos engullía,  pero el 'Alegría' sabiendo que no podía luchar contra su fiel compañero intentaba, con paciencia y toda la serenidad que robó de sus tripulantes, aguantar como fuera las embestidas de su mar. Pero cuando la esperanza del capitán empezó a encontrar un mástil donde izarse, en ese preciso momento, instante mas bien, una ola, sólo una ola, una pequeña ola despistada de la tormenta se infiltró esquiva por todas las pequeñas aberturas,  inundó cada compartimento, se coló por cada veta del casco, arrastro para si a toda la tripulación, esa maldita ola rompió para siempre las venas del 'Alegría', desgarró su interior, pero la nave no se partió. 
Apenas un momento después de la llegada de esa ola, la nao, en apariencia intacta,  lloró por sus portillos el agua de su fiel amigo Mar. Se desbordó
El flamante navío había soportado todas las embestidas de la tormenta: las olas, el viento, los relámpagos;  no se había dejado vencer por el miedo, ni por el cansancio. Parecía que nada podría con él,  y sin embargo el 'Alegria' naufragó  por sus propias lágrimas..."


Mia tiene el mar en sus ojos, siempre lo he creido asi... ese azul oscuro casi negro... entonces comprendí: ella nunca abandonó el 'Alegria'...



Y el mar inundó su ser…, se coló por cada poro de su piel, rompió sus venas, desgarró sus tejidos,  y se desbordó por las grietas se sus ojos.













lunes, 7 de enero de 2013

Primavera


Y llegó la primavera y sus ya familiares huracanes…

El sol me descubre entre las rocas, el mar estrella su fuerza a mis pies, un golpe de viento del sur me azota la cara y sin apenas darme cuenta me roba mis tesoros…

Mis dibujos se ahogan en la inmensidad de una pequeña charca salada que se convierte en un arcoíris desordenado, mis pinceles se transforman en diminutos seres voladores en busca de aventuras, cambiaron las tornas, ahora es el sol quien les dibuja a ellos. La belleza de sus delgadas siluetas me absorbe, me ciega por completo.

-Nunca mires directamente al sol, su luz se apoderará de tus ojos…- las palabras de mi padre resuenan en mi cabeza.

Desorientada, cegada, zarandeada. Mis alas se abren buscando la estabilidad, mientras mis pies, torpes y enredados, buscan no perder el contacto con la tierra, mi cuerpo se tambalea dibujando en el aire lo que se podría denominar un 'patético baile de cortejo de un ave distraída…' demostrando, una vez más, que ni el viento ni el sol me harán caer.

miércoles, 2 de enero de 2013

El comienzo...


Esa noche el hielo lo invadió todo, como una lengua de fuego se coló por debajo de mi puerta, todo aquello que iba encontrando a su camino se iba congelando… lo que hace apenas unos segundos era suave, redondeado y cálido se había convertido en punzantes aristas de hielo.

Y así, lento pero imparable, entró el invierno en mi vida. No era el momento…¡ni siquiera  había llegado aun el otoño! ¿Con qué me cubriría?, ¿Con qué abrigaría mis desnudos pies que se iban acobardando en una esquina?

Como lo abrigaría a él? como salvarlo del hielo?...

La puerta del dormitorio se abrió, y el miedo cristalizó mi mirada. Todavía hoy, revivo a cámara lenta ese instante en el que tu mirada se heló, apenas fue un segundo, el hielo paralizó tus pies, amorató tus piernas, apagó tu fuego, estranguló tu estomago, y de forma inevitable, casi predestinada, invadió tu corazón, y en su ultimo latido, sentenciando con la fuerza de quien sabe que su tiempo se ha agotado, escupió la sangre helada que acabó por siempre con lo que aun quedaba de humano en ti.

El horror que dilataba mis pupilas dejó paso  a un torrente infinito de cristales helados que recorrieron sin atisbo de piedad mi rostro, rasgaron mis labios, arañaron mi cuello, mi pecho y como espuelitas de hielo se clavaron en lo más profundo de mis entrañas.

Pasaron un millón de otoños, veranos, primaveras y con ellos llegaron los inviernos…, sin un orden establecido, sin duración determinada… a veces el verano duraba un día… otras duró años… puede parecer extraño, y tal vez lo sea, pero mis días desde aquella noche ya no duran 24 horas, mis meses no son de 30 días, las estaciones... ja! van y vienen, sin previo aviso, aparecen cuando quieren, se quedan el tiempo que les apetece, y se vuelven a marchar, así.. sin más…  a veces, soy capaz de sentir el invierno cuando todavía no ha llegado.. en ocasiones te siento tan cerca,... tan cerquita que puedo olerte, puedo respirarte , Invierno, puedo sentir el frio que me traerás, el que siempre me has traído, y suena el clic, el odioso clic, y se me hiela la sangre en ese instante, sé que después de ese sonido ya no hay nada que hacer… puede tardar un poco más o un poco menos… pero está en camino y volverá a congelarlo todo…¿cuánto tiempo te quedaras conmigo invierno?  Quien sabe…

Al principio, casi me atrevería a decir que dolía, esa incertidumbre… ese caos constante, pero ya no, quizás un poquito, pero  aprendí a abrazar el tiempo, a bañarme en la nieve, a abrigarme en verano, a llorar en primavera y a florecer en otoño.